Dedicated to all the misfits when we feel like an alien amongst the others.
Dedicado a todos los misfits cuando nos sentimos como un extraterrestre entre los demás.
I am green. I feel it every time your eyes shoot my naked skin, when you sting my heart with that filthy gesture in your face, when you turn your head once, twice, even thrice doubting your own eyes, when you poke with your finger without touching me and you say: “Is she green?”
Once I was in a restaurant, full of makeup to hide my greenish skin. I thought I had dabbed it, penetrated it deep down my flesh and soul with enough blue foundation (which cost me a fortune) but it started melting away. Then I saw your eyes fixed on my face, fixed on that tiny green spot trying to make sense of what you were seeing. You pretend you accept me. I pretend I am accepted.
As always, I try hard to put up with my “I am OK with this” attitude, nodding up and down to all the stupidest conclusions you try to convince more to yourself than to me. You are perfect, at least, that’s how you describe yourself, your life, your happiness is all that matters is what I can make of the time spent with you. Then when I am alone, I feel I would have preferred to talk about the wind, the leaves, the autumn, the trees; hope, life, time, forgotten but vivid dreams; people, birds, animals; mountains, and seas. All these little things I observe but I never ever tell you about. When you come to my mind again, I forget all these, I look at my hand and all I see is the color green.
You know, you already have pre-judged me, my green skin, and where I come from. You may think I don’t know anything, me, with that stupid smile, stuck on my face, agreeing to everything you say, the lessons you tell me I should learn by myself, the advice you give, the assumptions about me. Well, yet, that’s me. All this I come to think once I am on my own with my thoughts coz when I am with you, the blue-skinned one, I get dumb, numb, and useless. I get enslaved to this feeling of satisfying you, becoming one of you but then I realize I am only a pet hungry enough to gobble down the venom you spit.
Sometimes I feel I am trapped and enchanted in this world or in a cruel nightmare impossible to wake up. I am green and all the rest is blue. What sense does that make? It sounds more like a punishment, condemned to be alone my whole life, just because of the color of my skin. Then, there, it sounds stupid again because my blood is just as black as yours. The same flowers you smell, I smell them, too. The same food you eat, I can taste them, too. The sunset you see, I feel it deep down my bones, too.
I guess where I see blue, you only see green.
Soy verde. Lo siento cada vez que tus ojos disparan mi piel desnuda, cuando tus ojos me pican el corazón con ese gesto inmundo en tu rostro, cuando vuelves la cabeza una, dos, incluso tres veces dudando de tus propios ojos, cuando me pinchas con tu dedo sin tocarme y dices: “¿Es verde?”
Una vez estaba en un restaurante, lleno de maquillaje para ocultar mi piel verdosa. Pensé que lo había emmpujado, lo había penetrado profundamente en mi carne y mi alma con suficiente maquillaje azul (que me costó una fortuna) pero comenzó a derretirse. Entonces vi tus ojos fijos en mi cara, fijos en esa diminuta mancha verde tratando de darle sentido a lo que estabas viendo. Finges que me aceptas. Finjo que me aceptas.
Como siempre, me esfuerzo por aguantar mi actitud de “Estoy bien con esto”, asintiendo de arriba-abajo a todas las conclusiones más estúpidas a las que llegas para convencerte mas bien a ti que a mí. Eres perfecto, al menos, así es como te describes a ti mismo, tu vida, tu felicidad es lo único que importa es lo que puedo hacer con el tiempo que paso contigo. Luego, cuando estoy solo, siento que hubiera preferido hablar del viento, las hojas, el otoño, los árboles; esperanza, vida, tiempo, sueños olvidados pero recientes; personas, pájaros, animales; montañas y mares. Todas estas pequeñas cosas las observo pero de las que nunca te hablo. Cuando vuelves a mi mente, me olvido de todo esto, miro mi mano y todo lo que veo es el color verde.
Ya sabes, ya me has prejuzgado, mi piel verde y de dónde vengo. Puedes pensar que no sé nada, yo, con esa sonrisa estúpida, pegada en mi cara, aceptando todo lo que dices, las lecciones que me dices que debería aprender por mí mismo, los consejos que das, las suposiciones sobre mí. Bueno, aun así, ese soy yo. Todo esto lo llego a pensar una vez que estoy solo con mis pensamientos porque cuando estoy contigo, el de piel azul, me vuelvo tonto, entumecido e inútil. Me esclavizo a este sentimiento de satisfacerte, convertirme en uno de ustedes, pero luego me doy cuenta de que solo soy una mascota con hambre suficiente como para devorar el veneno que escupes.
A veces me siento atrapado y encantado en este mundo o en una cruel pesadilla imposible de despertar. Yo soy verde y todo lo demás es azul. ¿Qué sentido tiene? Suena más a un castigo, condenado a estar solo toda mi vida, solo por el color de mi piel. Entonces, suena estúpido de nuevo porque mi sangre es tan negra como la tuya. Las mismas flores que tú hueles, yo también las huelo. La misma comida que tú comes, yo también puedo saboreo. La puesta de sol que ves, también la siento en el fondo de mis huesos.
Supongo que donde veo azul, tú solo ves verde porque eso es lo que soy. Soy verde.
Note: Both the story and the featured images were created by me, the owner of this blog: Shweta.
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